Oración de la
mañana
Miércoles de fábula
MIÉRCOLES 4 DE JUNIO
Fábula: El león y el ratón.
https://www.youtube.com/watch?v=PcnirmXiItg
ORACIÓN
Si ves a alguien triste o perdido,
ofrécele tu mano, sé su amigo.
Ayudar es bonito y nos hace sonreír,
porque juntos podemos mucho compartir.
Amén.
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Hoy reconocemos la labor y la implicación de quienes dedican su tiempo y corazón al cuidado del otro. Solo abriendo los ojos y el corazón a la realidad social y con la fuerza del Espíritu Santo, podremos comprometernos por un mundo mejor.
Pedimos a Jesús que nos ayude a caminar abriendo los ojos, con el corazón atento y con las manos abiertas para atender las necesidades de nuestro alrededor.
«Tú tienes mucho que ver. Tu compromiso mejora el mundo».
Mira en el póster y piensa en personas que conozcas que, como las que aparecen en el póster, ayuden a los demás. Hoy vamos a dar gracias por todas esas personas.
Miércoles 18 de junio
Hoy vamos a comenzar la mañana escuchando un relato de un personaje que, algunos ya conoceréis, San Francisco de Asís.
Hace muchos años, vivía un hombre muy bueno llamado Francisco. A él le encantaba hablar con Dios y quería vivir como Jesús, ayudando a todos y siendo amable con todos. Pero ¿sabéis qué era lo más especial de San Francisco? ¡Amaba a todos los animales! Decía que eran sus hermanos y hermanas, porque todos eran parte de la gran familia de Dios. Un día, fue a un bosque y vio que los pájaros estaban cantando. Francisco se paró, levantó las manos y les dijo:—“¡Hermanitos pajaritos, den gracias a Dios por sus alas, por el cielo y por poder cantar!”. ¿Y sabéis qué hicieron los pájaros? ¡Se quedaron quietos escuchándolo! Y cuando terminó, volaron muy alto, como si dijeran: “¡Gracias, San Francisco!”.
San Francisco también ayudaba a las personas pobres y enfermas. Siempre sonreía y decía:—“Lo importante no es tener cosas, sino tener amor en el corazón.” Por eso lo queremos tanto y lo recordamos como el amigo de los animales y de todos los niños.
Ahora, vamos a cerrar los ojos y vamos a pensar en esa frase que Francisco decía: “Lo importante no es tener cosas, sino tener amor en el corazón.” ¿Qué quiere decir? ¿Qué os sugiere? ¿Qué podemos aprender de las palabras de Francisco para nuestro día a día? Levantamos la mano y ponemos en común nuestra reflexión.
Terminamos rezando todo juntos “ A tu amparo y protección”.

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​‘La gallinita roja’, una fábula corta sobre el esfuerzo
Érase una vez una gallinita roja que encontró un grano
de trigo.
Enseguida fue a hablar con sus amigos:
– ¿Quién sembrará este grano? – preguntó la gallina.
– Yo no – respondió el perro.
– Miauuu... Yo no – dijo el gato.
– Yo no – dijo el cerdo.
– Bueno, pues entonces lo haré yo – dijo la gallinita roja- . ¡Clo, clo!
Y sembró el grano de trigo en la tierra y este creció muy, muy alto.
Entonces, al ver la planta crecida, la gallinita preguntó:
– ¿Quién cortará este trigo?
– Guau, guau... Yo no – dijo el perro.
– Yo no – dijo el gato.
– Oing, oing... Yo no – dijo el cerdo.
– Entonces lo haré yo – dijo la gallinita roja- . ¡Clo, clo!
Y cortó el trigo.
– ¿Y quién llevará el trigo al molino para hacer la harina? —preguntó entonces la gallinita roja.
– Yo no – dijo el perro.
– Miauuu... Yo no —dijo el gato.
– Yo no – dijo el cerdo.
– Entonces lo haré yo – dijo la gallinita roja- . ¡Clo, clo!
La gallina llevó el trigo al molino y más tarde regresó con la harina.
– ¿Quién amasará esta harina? – preguntó la gallinita roja.
– Yo no – dijo el perro.
– Ni yo – dijo el gato.
– Yo no -dijo el cerdo.
– Entonces lo haré yo -dijo la gallinita roja- . ¡Clo, clo!
Y la gallinita amasó la harina y luego horneó el pan. Y fue entonces cuando preguntó:
– ¿Quién se comerá este pan?
– ¡Yo, yo! – dijo el perro.
– Miauuu... ¡Yo! – dijo el gato.
– Yo – dijo el cerdo.
– Pues no... Me lo comeré yo y le daré algo a mis pollitos – dijo la gallinita roja- . ¡Clo, clo!
Y ella y sus pollitos se comieron todo el pan.
¿Qué te dice esta fábula?.... ¿puedes ayudar a los demás sin esperar que te den algo?. Intenta
en este verano hacer algo por los que tienes más cerca, tus primos, tus padres y abuelos....tus
amigos y recuerda que Jesús siempre te ayudará y premiará.
Moraleja: ‘No esperes ninguna recompensa si no colaboras en el trabajo’
