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Miércoles de fábula

Miércoles 10 de enero

 

“El lobo con piel de cordero”

 

Pensó un día un lobo cambiar su apariencia para así facilitar la obtención de su comida. Se metió entonces en una piel de oveja y se fue a pastar con el rebaño, despistando totalmente al pastor.

Al atardecer, para su protección, fue llevado junto con todo el rebaño al establo para pasar la noche, quedando la puerta asegurada.

Pensando el lobo que ya había conseguido su propósito de quedarse a solas para comer a sus presas, cuál fue su sorpresa que apareció el pastor. Buscó entre sus ovejas una que le hiciera de  provisión de carne para el día siguiente, cuando tomó al lobo creyendo que era un cordero y lo sacrificó al instante.

 

Moraleja:

“Según hagamos el engaño, así recibiremos el daño”

Si engañamos a otros, también seremos engañados. El engaño solo conduce a más engaño.

 

Reflexión:

No debemos de aprovecharnos de nuestra situación, ser más inteligentes, más fuertes, mayores que los demás. Si no puedo conseguir lo que quiero por las buenas no me puedo aprovechar. Al final todo se descubre y será mejor ir con la verdad por delante.

Oración:

“A tu amparo y protección….”

Miércoles 17 de enero

 

“Las moscas y la miel”

 

De un panal se derramó su deliciosa miel, y las moscas acudieron ansiosas a devorarla. Y era tan dulce que no podían dejarla. Pero sus patas se fueron prendiendo en la miel y no pudieron alzar el vuelo de nuevo. Ya a punto de ahogarse en su tesoro, exclamaron:

- ¡Nos morimos, desgraciadas nosotras, por quererlo tomar todo en un instante de placer !

 

Moraleja:

Toma siempre las cosas más bellas de tu vida con serenidad, poco a poco, para que las disfrutes plenamente.

 

Reflexión:

Por mucho que nos guste algo, no debemos de ser ansiosos, no sólo porque nos puede sentar mal, sino porque hay que disfrutar de las cosas.

Oración:

“A tu amparo y protección….”

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Miércoles 24 de enero

 

“El águila y la tortuga”

 

Una tortuga que se recreaba al sol, se quejaba a las aves marinas de su triste destino, y de que nadie le había querido enseñar a volar.

Un águila que paseaba a la deriva por ahí, oyó su lamento y le preguntó con qué le pagaba si ella la alzaba y la llevaba por los aires.

- Te daré – dijo – todas las riquezas del Mar Rojo.

- Entonces te enseñaré a volar – replicó el águila.

Y tomándola por los pies la llevó casi hasta las nubes, y soltándola de pronto, la dejó ir, cayendo la pobre tortuga en una soberbia montaña, haciéndose añicos su coraza. Al verse moribunda, la tortuga exclamó:

- Renegué de mi suerte natural. ¿Qué tengo yo que ver con vientos y nubes, cuando con dificultad apenas me muevo sobre la tierra?

 

Moraleja:

Si fácilmente adquiriéramos todo lo que deseamos, fácilmente llegaríamos a la desgracia. 

En la vida, antes de actuar, deberíamos valorar las consecuencias de nuestros actos.

 

Oración:

“A tu amparo y protección….”

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Miércoles 31 de enero

 

“El río de los castores”

 

En un bosque lejano, un río fluía sereno y cristalino. Los animales del bosque acudían allí a beber agua y charlar. Un día, una familia de castores llegó decidida a construir una represa que cambiaría el río. Los demás animales se preocuparon. Los castores, al escuchar sus temores, decidieron trabajar juntos y construir la represa de manera que no perturbara la paz del río. Al final, todos vivieron en armonía, recordando que la paz se mantiene cuando nos escuchamos y trabajamos juntos.

 

Moraleja:

La paz se conserva cuando colaboramos y respetamos las necesidades de los demás. Si hay voluntad de querer hacer algo entre todos, siempre se puede conseguir

 

Oración:

“A tu amparo y protección….”

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