Oración de la
mañana
Martes con ritmo
¿Alguna vez habéis querido huir de algún sitio? Es posible que haya ocasiones en las que os sintáis mal o incómodos. Es vuestro el poder de decidir si queréis seguir allí o no o qué podríais hacer para mejorar esa situación. La libertad de elección es un derecho que todos y todas podemos disfrutar.
Oración:
Jesús no tiene manos
Autor: Eduardo Cáceres Contreras
JESÚS no tiene manos,
tiene sólo nuestras manos
para construir un mundo nuevo
donde haya más fraternidad y justicia.
JESÚS no tiene pies,
tiene sólo nuestros pies,
para poner en marcha a los derrotados
por el camino de la libertad.
JESÚS no tiene labios,
cuenta tan sólo con nuestros labios
para anunciar a los hombres
la buena noticia de la salvación.
JESÚS no tiene recursos,
cuenta tan sólo con nuestro trabajo
para lograr que todos los hombres
vivan como hermanos.
JESÚS, aquí tienes mis manos, mis pies,
mis labios, mi trabajo, mi sonrisa,
mi tiempo, mi ilusión, mi vida.
¡Aquí estoy Señor!
No te rindas jamás,
Nunca pierdas la fe
Ten fe
Él vive en ti
Él vive en mí
Él puede vernos
Permanece aquí
Está en el agua
En cada ser
En tu reflejo
Él vive en ti
Dios Padre está en ti, está en mí y está en todas las cosas. Dios es amor. Lo podemos ver en los pequeños gestos cotidianos de la vida, en un abrazo, en una caricia o una palmada de ánimo. En las buenas acciones de los demás y cuando somos humildes, generosos, ayudamos a los demás y no hacemos enfadar a las personas que nos quieren. Porque Dios está en nosotros. A veces nos empeñamos en buscarlo fuera, pero es tan sencillo como buscar en nuestro interior, contactar con nuestro ser profundo pues nosotros somos su más perfecta creación.
Como dice la Bienaventuranza del lunes, seamos humildes de corazón, pues de los “pobres” de espíritu es el Reino de Dios.
SEMANA DE MADRE PAULA:
Martes 22 febrero
Ya desde pequeña a Paula, además de gustarle el mar y los barcos, le gustaba también enseñar a los niños y las niñas, sobre todo a los más pobres. Por eso, se hizo catequista en Arenys. Los chiquillos del catecismo la querían con locura. Los días de fiesta se los llevaba de paseo a la ermita de la Piedad, que por encima de la montaña se asomaba al mar, ese mar que tanto le gustaba a Paula. Quería compartir con los niños y niñas lo que a ella tanto le apasionaba.
Con este pequeño paso, Paula empezó a hacer realidad su “sueño” de ser maestra. Con sus ojos soñadores descubría en los niños y niñas grandes posibilidades, grandes capacidades que solo necesitaban de alguien que los acompañara, les ayudara a que descubrieran sus propios sueños.
Y a ti
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¿Te gusta ayudar a tus compañeros y compañeras?
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¿Cuándo ha sido la última vez que has ayudado a alguien?
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Piensa en alguna vez que te hayan ayudado a ti ¿Cómo te sentiste? ¿Por qué crees que esa persona te ayudó?
Canción “Vale la pena soñar” (la primera canción del enlace)