Oración de la
mañana
Lunes de buenas noticias - Evangelio del Domingo

LUNES 2
Lectura del santo evangelio según san Mateo 24,37-44:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.
En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
. PALABRA DE DIOS
Reflexión:
Comenzamos hoy un nuevo año litúrgico, y con él se abre el tiempo de Adviento, una de las etapas más hermosas y significativas del camino cristiano. Cuatro semanas en las que la Iglesia nos invita a preparar el corazón para recibir al Señor que viene.
El Adviento es, por tanto, un tiempo de esperanza activa, de vigilancia y conversión. No se trata de un simple preámbulo a la Navidad, sino de un tiempo en el que Dios nos despierta del sueño de la rutina y nos llama a vivir con el corazón encendido. En medio de la prisa, del ruido y del consumismo que suelen llenar estas semanas, la liturgia nos invita a detenernos, a hacer silencio, a mirar más allá de lo inmediato y descubrir los signos discretos de la presencia de Cristo entre nosotros.
La Palabra de Dios de este domingo nos sitúa ante la urgencia de despertar, de abrir los ojos a lo esencial. Este es el espíritu del Adviento: vivir atentos a la venida del Señor, con fe, con alegría y con esperanza renovada.
Pregunta: ¿piensa cómo puedes vivir tú con esa actitud?

LUNES 8
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-45
Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:
—«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»
Palabra del Señor
Breve comentario
María se pone en camino para ver si lo que le ha dicho el ángel en la Anunciación sobre su prima Isabel es cierto. Es una invitación a ponernos en marcha en este camino del Adviento. No es una espera pasiva sino activa hacia el nacimiento del Niño Dios.
También es un gesto de generosidad y de servicio hacia su prima Isabel, ya anciana.
El saludo de María está lleno del Espíritu Santo, pues el hijo que lleva en su seno es Dios mismo.
La oración de Isabel habla también de la fe de María, que cree, sin entenderlo todo, en el Señor y en su promesa de salvación.