Oración de la
mañana
Lunes de buenas noticias - Evangelio del Domingo

Lunes 3
Evangelio según san Juan 11, 17-27
Cuando Jesús llegó a Betania, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Betania distaba poco de Jerusalén: unos quince estadios; y muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para darles el pésame por su hermano.
Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».
Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará».
Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección en el último día».
Jesús le dijo: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?».
Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo» .PALABRA DE DOS.
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Señor Jesús, hoy queremos comenzar el día recordando con cariño a todas las personas que han partido de este mundo: abuelos, padres, amigos, personas queridas que ya no están con nosotros, pero que viven en tu presencia.
Tú nos enseñaste que lo más importante es amar a Dios con todo el corazón y amar al prójimo como a nosotros mismos. Ayúdanos a vivir ese amor con quienes aún están con nosotros, y a confiar en que ese mismo amor es el que ahora abraza a quienes ya han muerto.
Reflexión:
¿Cómo puedo hacer presente el amor que Jesús nos pide, con los que están hoy a mi lado? ¿Cómo puedo hacer presente el amor que Jesús nos pide, con los que están hoy a mi lado?
Oración final:
Te pedimos por todos los difuntos, especialmente por los que nadie recuerda. Dales el descanso eterno y que brille para ellos la luz que no tiene fin.
Que nuestro recuerdo, nuestras oraciones y nuestras acciones de amor sean un puente que nos una a ellos en la esperanza de la vida eterna.
Hoy, al comenzar esta semana, queremos caminar en el amor, como lo hicieron tantos que nos han dejado huella. Que ellos, desde el cielo, intercedan por nosotros.

Lunes 10
Lectura del Evangelio Lucas 20, 27-38
En aquel tiempo se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: - Maestro, Moisés nos dejó escrito: "Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano". Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella. Jesús les contestó: - En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahan, Dios de Isaac, Dios de Jacob". No es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos están vivos.
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REFLEXIÓN
Un grupo de religiosos llamados saduceos, que no creen en la resurrección, se acercan a Jesús con una pregunta complicada para ponerlo a prueba. Le cuentan la historia de una mujer que se casó con siete hermanos, uno tras otro, porque iban muriendo sin dejar hijos. La pregunta era: “Cuando resuciten, ¿de cuál de los siete será esposa?”
Jesús les responde que en la resurrección no se vive como aquí en la tierra, donde hay matrimonio. Más bien, los que resucitan están vivos para siempre con Dios. A veces cuesta imaginar cómo será, pero Jesús nos da una pista: será una vida completamente nueva, plena, sin sufrimiento ni muerte .No todo se entiende con lógica humana. El cielo es algo mucho más grande, más bello y lleno de vida.
Hoy Jesús, nos invita también a confiar más en que nuestra vida tiene un propósito, incluso cuando no entendemos todo.
ORACIÓN
Señor Jesús, ayúdame a vivir con esperanza y a confiar en tu promesa de vida eterna. Que nunca me olvide de que para ti, todos estamos vivos. Amén

LUNES 17 DE NOVIEMBRE
LECTURA.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,5-19):
En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron: «Maestro, cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».
Él dijo: «Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces les decía: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas». PALABRAS DE DIOS.
REFLEXIÓN.
¿Mi vida se mueve entre la esperanza y la desilusión? ¿Trabajo desde la fe para que las cosas vayan mejor? ¿Mantengo viva mi fe, apoyándome en la fortaleza de Jesús?
¿Cómo veo el presente a la luz del futuro? ¿Tengo miedo por mi futuro y el de mi familia? ¿Cuáles son los motivos de ese temor? ¿Será por falta de confianza en el Señor?
ORACIÓN
Señor Jesús, te pedimos que nos des fuerza para ser “severos”, disciplinados, persistentes en lo que a TÍ te importa, en lo realmente IMPORTANTE. Porque lo que realmente importa, muchas veces no coincide con lo que atrae nuestro interés.
Señor Jesús, ayúdanos a trabajar en lo que permanece, que evitemos dedicar nuestra vida a construir algo que luego se destruirá, como aquel templo, olvidándonos de construir lo que no se derrumba, de construir sobre su palabra, sobre su amor, sobre el bien. Ser perseverantes, ser severos y dedicados para edificar aquello que no pasa.
Señor Jesús, te damos gracias porque nuestro fin como cristianos no es el fracaso o la catástrofe, sino un tiempo nuevo, una nueva etapa en nuestras vidas. Gracias por caminar siempre a nuestro lado.