Oración de la
mañana
Lunes de buenas noticias - Evangelio del Domingo

LUNES 3 de marzo (Lc 6: 39-45)
Jesús también les contó esta parábola: «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo? El discípulo no es superior a su maestro, pero todo el que haya completado su aprendizaje será como su maestro.
¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo y no le das importancia al tronco que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame sacarte la astilla del ojo”, cuando tú mismo no te das cuenta del tronco en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano.
El árbol y su fruto
Ningún árbol bueno da fruto malo; tampoco da buen fruto el árbol malo. A cada árbol se le reconoce por su propio fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas. El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón, habla la boca.
PALABRA DE DIOS.
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REFLEXIÓN
En este Evangelio, Jesús nos invita a reflexionar sobre nuestras actitudes y como influimos en los demás. Nos habla de tres puntos clave:
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La importancia de la autocrítica: antes de juzgar a los demás, debemos mirar nuestra propia vida. A veces somos rápidos a la hora de señalar los errores ajenos, pero lentos para reconocerlos nuestros. ¿por qué crees que sucede esto?
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Ser un guía confiable: si queremos ayudar a los demás, primero debemos trabajar en nosotros mismos. Nadie puede enseñar lo que no prácticas ni guiar si está perdido. ¿En qué aspectos de tu vida podías ser guía para tus amigos y familia?
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Coherencia entre lo que somos y lo que hacemos: Jesús compara a las personas con árboles: un buen árbol, da buenos frutos. Esto nos recuerda que nuestras acciones muestran lo que hay en nuestro corazón. Si queremos dar buenos frutos (amistad, amor, generosidad) debemos cultivar un corazón lleno de bondad. ¿Qué significa para ti, “de lo que abunda en el corazón, habla la boca”?
ORACIÓN:
PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO….

LUNES 10 de marzo (Lc 4, 1-13). Primer Domingo de Cuaresma.
En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y conducido por el mismo Espíritu, se internó en el desierto, donde permaneció durante cuarenta días y fue tentado por el demonio.
No comió nada en aquellos días, y cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”. Jesús le contestó: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre”.
Después lo llevó el diablo a un monte elevado y en un instante le hizo ver todos los reinos de la tierra y le dijo: “A mí me ha sido entregado todo el poder y la gloria de estos reinos, y yo los doy a quien quiero. Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras”. Jesús le respondió: “Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás”.
Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, arrójate desde aquí, porque está escrito: Los ángeles del Señor tienen órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con las piedras”. Pero Jesús le respondió: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”.
Concluidas las tentaciones, el diablo se retiró de él, hasta el momento oportuno.
PALABRA DEL SEÑOR
REFLEXIÓN
En el Evangelio de este día, se recuerda cómo Jesús pasó 40 días en el desierto, enfrentando tentaciones, pero permaneciendo fiel a Dios. Esta historia nos inspira a superar nuestras propias tentaciones y a fortalecer nuestra relación con Dios y con los demás.
Me pregunto:
¿Cómo aprovecharías este tiempo de Cuaresma para ser una mejor versión de ti mismo?¿Tienes claras las prioridades de tu vida o a veces te dejar llevar por cosas que no son verdaderamente importantes?
Pienso:
Para nosotros, la Cuaresma puede ser un tiempo para hacer pequeños sacrificios, como renunciar a algo que nos gusta, dedicar más tiempo a ayudar a los demás o mejorar en algo que sabemos que podemos cambiar. Es una oportunidad para crecer como personas y reflexionar sobre lo que realmente importa en nuestras vidas.
ORACIÓN:
"Señor, en este primer domingo de Cuaresma, acompáñanos en nuestro camino de reflexión y conversión. Ayúdanos a vencer las tentaciones, a crecer en el amor hacia Ti y hacia los demás, y a preparar nuestro corazón para la Pascua. Amén."

LUNES 17 de marzo (Lc 9, 28-36). Segundo Domingo de Cuaresma.
CONTEXTO
Nos encontramos en el segundo domingo de Cuaresma y esta lectura se hace verdaderamente importante. Nos muestra como los discípulos, ante los rumores de que Jesús estaba poniendo en riesgo su vida, dudan y tienen miedo de lo que puede pasar.
El texto nos habla de cómo los discípulos sienten a Jesús como lo que es…
LECTURA
En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos.
De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús:
—«Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
No sabía lo que decía. Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía:
—«Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle.»
Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.
REFLEXIÓN
Pedro, Juan y Santiago eran los discípulos predilectos de Jesús.
Para los judíos, Moises representaba la ley (los 10 mandamientos) y Elías a los profetas. El que se aparecieran estos dos personajes tiene un carácter simbólico. Cuando Dios dice: «Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle.», nos indica que la ley y los profetas deben cederle el paso a Jesús.
En ese momento, los discípulos obtienen esa revelación que tanto necesitaban. Ven a Jesús Glorificado como Rey de Reyes. Entienden quién es El.
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¿Qué nos dice este texto?
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¿Qué personajes intervienen? ¿Por qué esos personajes y no otros?
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¿Qué mensaje lanza Dios a los discípulos? ¿Qué significa?
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Los discípulos ven a Jesús brillar. ¿Qué crees que nos quiere decir el texto con esa expresión?
ORACIÓN
Jesús. Que el mensaje que escucharon los discípulos, resuene también en nosotros y seamos capaces de ver quién eres realmente tal y como ellos pudieron ver.
Amen.

LUNES 24 de marzo (Lc 13, 1-9). Tercer Domingo de Cuaresma.
En aquel tiempo se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús respondió: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera». Y les dijo esta parábola:
«Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”. Pero el viñador respondió: “Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».
PALABRA DEL SEÑOR.
REFLEXIÓN
Jesús, también nos habla sobre la necesidad de "convertirnos”. Significa que debemos reflexionar sobre nuestras vidas y nuestros actos. A veces, podemos estar tan ocupados con nuestras cosas que olvidamos lo que realmente importa. Es una llamada a crecer y a mejorar, a ser mejores personas.
La parábola de la higuera es una hermosa ilustración de la paciencia y la esperanza. El viñador quiere darle una segunda oportunidad a la higuera, lo que nos muestra que todos tenemos la capacidad de cambiar y crecer. A veces, puede que no estemos dando frutos con nuestra vida, pero eso no significa que debamos rendirnos.
Señor Jesús, ayúdanos a ser más comprensivos con los demás, a reflexionar sobre nuestras propias vidas y a recordar que siempre hay espacio para el crecimiento y el cambio. ¡Todos tenemos la oportunidad de dar lo mejor de nosotros! Te damos gracias porque Tú cada día nos das la posibilidad de empezar de nuevo.
ORACIÓN
Y lo hacemos diciendo todos juntos: Padre Nuestro que estás en el cielo…

LUNES 31 de marzo (Lc 15, 1-3. 11-32). Cuarto Domingo de Cuaresma.
En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: «Ese acoge a los pecadores y come con ellos».
Jesús les dijo esta parábola:
«Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.
Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
Recapacitando entonces, se dijo: “Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros».
Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.
Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”.
Pero el padre dijo a sus criados: “Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; poned un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”.
Y empezaron a celebrar el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. (.....) PALABRA DEL SEÑOR
REFLEXIÓN
La parábola del hijo pródigo nos recuerda algo fundamental: no importa cuán lejos nos alejemos o cuántas veces nos equivoquemos, siempre hay un lugar al que podemos volver. El padre representa el amor incondicional que perdona, abraza y celebra nuestra vuelta, sin importar lo que hayamos hecho.
También nos desafía a no ser como el hijo mayor, atrapado en el resentimiento y la envidia, incapaz de celebrar la alegría de otros. Nos recuerda la importancia de la empatía, el perdón y de valorar la gracia que todos hemos recibido
Reconocer nuestros errores no nos hace débiles, sino valientes, y el arrepentimiento sincero abre puertas a una nueva oportunidad.
Pregúntate: ¿A quién necesitas perdonar o pedir perdón? ¿Estás dispuesto a regresar al camino cuando te equivocas? Porque siempre hay alguien que te espera con amor.
ORACIÓN
Todos. Padre nuestro…