MIÉRCOLES 12 DE NOVIEMBRE

La verdad es una auténtica joya

Mario tiene dieciséis años y, como cada mañana después del instituto, pasaba por la pequeña tienda del barrio donde trabajaba su vecino Don Carlos, un anciano amable que siempre la saluda con una sonrisa. Un día, al entrar para comprar, vio algo brillar junto a la caja registradora. Era una pequeña sortija.

Sin pensarlo mucho, la tomó y la guardó en su bolsillo. "Quizá sea una baratija", se dijo, aunque su corazón latía rápido. Salió de la tienda sin comprar nada.

Esa noche, no pudo dormir. La sortija parecía pesar más que cualquier objeto en su habitación. A la mañana siguiente, decidió regresar a la tienda.

Don Carlos estaba en la puerta, con el ceño fruncido.

—Buenos días, Mario —dijo con una voz apagada—. He perdido una sortija; tiene mucho valor material, pero más; sentimental. Era de mi esposa, que ya no está conmigo. Son lo único que me queda de ella.

Mario sintió cómo el pecho se le encogía. La sortija en su bolsillo parecía arder.

Podía no decir nada. Nadie le había visto. Pero sabía que no podía vivir con eso.

Pensó en todo lo que podría comprar con la venta de la joya: entradas para un concierto, un móvil, ropa….

Tras un largo silencio, Mario sacó las manos de los bolsillos de su cazadora: —Don Carlos… —dijo con voz temblorosa— creo que esta es su sortija.

El anciano la miró con sorpresa. Tomó la sortija con manos temblorosas y las lágrimas le llenaron los ojos.

—Gracias, Mario. Lo que acabas de hacer dice mucho de ti.

Desde ese día, Mario aprendió que la honestidad no siempre es fácil, pero siempre es lo correcto. Y que un pequeño acto puede devolver la esperanza a alguien.

REFLEXIÓN

1. ¿Qué valor principal muestra Mario al devolver la llave?

2. ¿Crees que fue difícil para el tomar esa decisión? ¿Por qué?

3. ¿Qué habría pasado si no hubiera devuelto la llave?

4. ¿Alguna vez te has enfrentado a una situación parecida? ¿Cómo actuaste?

5. ¿Qué aprendiste de esta historia que podrías aplicar en tu propia vida?

ORACIÓN

Padre nuestro…

MIÉRCOLES 19 DE NOVIEMBRE

Cuenta la leyenda que un hombre transportaba agua todos los días a su aldea usando dos grandes vasijas sujetas en las extremidades de un pedazo de madera que colocaba atravesado sobre sus espaldas.

Una de las vasijas era más vieja que la otra y tenía pequeñas grietas que dejaban pasar el agua y cada vez que el hombre recorría el camino hasta su casa, la mitad del agua se perdía.

Durante dos años, el hombre hizo el mismo trayecto. La vasija más joven estaba siempre muy orgullosa de su desempeño, y tenía la seguridad de que estaba a la altura de la misión para la cual había sido creada, mientras que la otra se moría de vergüenza por cumplir apenas la mitad de su tarea, aun sabiendo que aquellas rajaduras eran el fruto de mucho tiempo de trabajo.

Estaba tan avergonzada que un día, mientras el hombre se preparaba para sacar agua del pozo, decidió hablar con él:

– Quiero pedirte disculpas ya que, debido a mi largo uso, solo consigues entregar la mitad de mi carga, y saciar la mitad de la sed que espera en tu casa.

El hombre sonrió y le dijo:

-Cuando regresemos, por favor observa cuidadosamente el camino.

Así lo hizo. Y la vasija notó que, por el lado donde ella iba, crecían muchas flores y plantas.

- ¿Ves como la naturaleza es más bella en el lado que tú recorres? comentó el hombre. – Siempre supe que tú tenías rajaduras, y decidí aprovecharlo. Sembré hortalizas, flores y legumbres, y tú las has regado siempre. Ya recogí muchas rosas para adornar mi casa, alimenté a mis hijos con lechuga, col y cebollas. Si tú no fueras como eres, ¿cómo podría haberlo hecho?

“Todos nosotros, en algún momento, envejecemos y pasamos a tener otras cualidades. Es siempre posible aprovechar cada una de estas nuevas cualidades para obtener un buen resultado.”

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REFLEXIÓN

A veces, desprestigiamos a personas que quizá no entren en nuestra percepción de lo que debe ser una persona válida para la sociedad sin pensar en que quizá esa persona, tenga cualidades que también son útiles y nos hacen crecer como personas y como sociedad.

¿Qué colectivo puede encajar en esta descripción? ¿Podemos aplicar este cuento a nuestro día a día? 

ORACIÓN