Oración de la
mañana
Lunes de buenas noticias - Evangelio del Domingo

3 de Abril
Lectura del santo evangelio según san Juan (8,1-11):
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:
- «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?».
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.
Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.
Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
- «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra».
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.
Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante.
Jesús se incorporó y le preguntó:
- «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».
Ella contestó:
- «Ninguno, Señor».
Jesús dijo:
- «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».

10 de Abril
Entrada triunfal en Jerusalén (Mateo 21:1-11)
Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es este? Y la gente decía: Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea.

Lunes 17 de abril de 2023
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en
medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
«Hemos visto al Señor».
Pero él les contestó:
«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
«Paz a vosotros».
Luego dijo a Tomás:
«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente».
Contestó Tomás:
«¡Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo:
«¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto».
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.
Reflexión
¡Siguen sonando las campanas con sonido de Resurrección!
Todo lo que hemos vivido en Semana Santa, la pasión, muerte y resurrección de Cristo, no nos puede dejar indiferentes. Ahora a nosotros, nos toca reconocer y vivir en la presencia de Jesús Resucitado. ¿Seremos capaces? ¿No estaremos exigiendo demasiado a Jesús?
Hoy Jesússe nos presenta y nos dice: “PAZ A VOSOTROS”. Agarrémonos fuertemente a esa paz. La paz que nos ofrece Jesús. La paz que es fruto de nuestro encuentro con Él.
Lunes 24 de abril de 2023
El Camino de Emaús
“Jesús, vamos por la vida sin darnos cuenta de que tú caminas a nuestro lado. Ábreme los ojos de la fe para descubrirte junto a mí, y sé que así estaré siempre más dispuesto a acoger y ayudar a quienes lo pasan mal a mi lado. Gracias por ser tan buen amigo.”
A la luz de este texto fijémonos en Jesús para reflexionar:
Saber escuchar es una prueba de respeto. ¿Dejamos acabar a los demás lo que están diciendo o les interrumpimos mientras nos hablan? ¿Somos pacientes y demostramos que nos interesa lo que nos están contando?
Saber escuchar es una habilidad. ¿Cómo es mi escucha, tengo en cuenta al otro?
Saber escuchar genera confianza. ¿Intento que la persona que me habla se sienta valorada?
¿Sé escuchar desde el corazón?¿Dedico tiempo a escuchar a los demás, a Dios y a mí mismo?