Oración de la
mañana
Miércoles de fábula
Miércoles 2 de abril
¿QUÉ ES EL AMOR?
Desde que se quedó viudo, Alberto solo vivía para ellas. Jana acababa de hacer cuatro años y Emma tenía siete. Todas las mañanas levantaba a las niñas para llevarlas al colegio, preparaba su desayuno y ayudaba a Jana a terminar de vestirse y preparar su mochila. Emma, como era la mayor, ya lo hacía sola.
Un día Jana preguntó a su padre:
- Papá, ¿qué es el amor? Alberto miró a su hija embobado y la abrazó.
- Esto es amor, Jana - le contestó después.
- Papá, ¿qué es el amor?
- volvió a preguntar Jana de camino al colegio. Alberto la miró y la besó.
- Esto es amor, Jana - le dijo después.
Un día que Alberto hacía dos trenzas a Emma, Jana preguntó de nuevo.
- Papá, ¿qué es el amor?
Alberto la miró y empezó a desenredar el pelo también a ella.
- Esto es amor, Jana - le dijo después.
Pero Jana, nada convencida con sus respuestas insistía preguntándole cada día:
- Papá, ¿qué es el amor?
Alberto le dio a probar las albóndigas que estaba cocinando.
- Esto es amor, Jana - le dijo después.
- ¡Vamos, papá! ¡No me tomes más el pelo! Cada vez me dices que el amor es una cosa diferente. ¡Joooooooo!
Alberto tomó su carita entre sus manos y le dijo:
- Mis amores sois tú y tu hermana Emma. ¡No te miento!
Jana se fue a dormir pensando en las palabras que le había dicho su padre.
Esa noche tuvo un bonito sueño. Su padre, como siempre, cuidaba de ella y su hermana Emma: las llevaba y recogía del colegio, las bañaba, las peinaba, las vestía, cocinaba para ellas, hacía todo lo posible para que ellas estuvieran bien y fueran felices, siempre con una sonrisa.
Entonces se dio cuenta de lo que le quería decir su padre: el amor estaba en cada detalle que tenía con ella y con Emma, en cada momento del día, por eso siendo cosas diferentes el amor siempre estaba presente entre ellos. ¡Al fin lo entendió!
Al otro día cuando Alberto fue a levantarla para ir al colegio, Jana le dio un abrazo y le dijo: - ¡Te quiero, papá!
Reflexión unida al día de la Vocación Escolapia:
El amor está en los gestos más simples. A veces, el amor no son solo palabras, sino los detalles, el tiempo y la dedicación que ponemos en las personas que queremos. Cada vez que alguien te cuida, te escucha, te abraza o hace algo por ti sin esperar nada a cambio, eso es amor. Al final, Jana entendió que el amor no solo está en lo que se dice, sino en todo lo que se hace por los demás. Y ese es un gran aprendizaje para todos nosotros: el amor es algo que vivimos y compartimos todos los días, a través de nuestras acciones.
Recordamos en esta jornada que Santa Paula Montal se consagró a Dios un 2 de febrero, ella dijo un SÍ grande como María a Dios y en Sabadell pronunció junto a sus amigas, sus votos para SER RELIGIOSA ESCOLAPIA.
Madre Paula Montal con la ayuda de Dios, comenzó su camino de seguimiento a Jesús, hizo realidad su SUEÑO a través de la educación de niñas y jóvenes acompañando a las familias en muchos lugares, pero de forma especial a las de los colegios de ESCOLAPIAS.
Dio todo su amor diariamente a las niñas, a las familias, y a todas las personas de su entorno. Y ... .Fue MUY FELIZ.
Y tú, ¿quieres que Jesús forme parte de tu vida como lo hizo Madre Paula? Si tu respuesta es un SÍ, serás muy FELIZ.

Miércoles 9 de abril
El gusano estaba tan acostumbrado a vivir dentro de la caja, que no quería ni necesitaba salir para nada. Comía y dormía cuánto quería; paseaba, jugaba y se entretenía tejiendo un capullo para abrigarse en el frío y duro invierno.
El calor se fue marchando poco a poco y, como tenía pensado, se metió en la cama para estar más calentito. Terminó de tejer lo que le quedaba del mullido capullo y se quedó ahí, dormido, muy a gusto.
Una mañana se despertó y sintió calor. Pensó que ya iba siendo hora de salir de allí. Empujó y empujó con todas sus fuerzas, y al hacerlo se dio cuenta de que le habían salido alas. Se miró muy extrañado.
- ¿Para qué quiero yo alas? - se dijo en voz alta.
Sin saber dar utilidad a sus nuevos apéndices, y con su nueva apariencia, continuó encerrado en la caja muy molesto ahora porque las alas le estorbaban, rozaban por todos los sitios y no sabía dónde esconderlas.
Pasó una mosca volando y le dijo: - Mariposa, ¿por qué no sales a volar?
La miró confuso y contestó: - ¿Es a mí? - creo que te equivocas- yo soy un gusano.
Al rato pasó una avispa y le dijo: Mariposa, ¿vienes a volar?
- ¡Yo soy un gusano! - contestó esta vez un poco extrañado- ¡No puedo volar!
- ¡Hola mariposa! - lo saludó otra mariposa que pasaba por allí. ¿Vienes a volar conmigo? Conozco un jardín precioso cerca de aquí.
- Yo soy un gusano; no una mariposa. ¿Qué le pasa a todo el mundo hoy?
Entonces la mariposa bajó a la caja y le explicó:
- Antes eras un gusano. Luego te envolviste en un capullo, ¿recuerdas? - continuó hablando. Después fuiste una crisálida y ahora te has convertido en mariposa. ¡Ahora puedes volaaaar! - le dijo feliz por hacerle ese maravilloso descubrimiento; pero se equivocó.
La mariposa no quiso volar. Se quedó dentro de la caja donde había estado siempre. Comía lo que quería, dormía lo que quería, paseaba con sus molestas alas y,pudiendo ser libre, prefirió seguir encarcelada.
Reflexión sobre el cuento
Este cuento nos muestra una historia sobre el miedo al cambio y la comodidad de lo conocido. El gusano, aunque tiene la oportunidad de convertirse en una mariposa, prefiere quedarse en su caja, donde está acostumbrado a vivir. Aunque ahora tiene alas y puede volar, sigue pensando que es un gusano y no se atreve a cambiar su forma de vivir. Esto nos enseña algo muy importante: a veces, aunque las cosas puedan mejorar para nosotros, nos da miedo salir de nuestra zona de confort.
El gusano no quería volar porque estaba tan acostumbrado a su vida anterior que no veía la posibilidad de un futuro diferente. Esto es algo que todos podemos sentir en algún momento: cuando tenemos miedo de lo nuevo o de lo que no conocemos.
La mariposa, al final, le muestra que ha cambiado, que ya no es un gusano, sino una criatura capaz de volar y explorar el mundo desde las alturas. Esto nos recuerda que todos tenemos potencial para crecer, para aprender cosas nuevas y para ser mejores. A veces, el miedo al cambio nos hace quedarnos estancados, pero si confiamos en nosotros mismos y damos el primer paso, podemos descubrir lo maravillosa que puede ser la vida.

Miércoles 23 de Abril
EL REY QUE BUSCABA LA PAZ
Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos artistas lo intentaron. El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.
La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre estas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos quienes miraron esta pintura pensaron que esta reflejaba la paz perfecta.
La segunda pintura también tenía montañas. Pero estas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba para nada pacífico.
Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, vio tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en su nido...- ¿Paz perfecta...? - ¿Cuál crees que fue la pintura ganadora?
El Rey escogió la segunda: - ¿Sabes por qué?
Explicó el rey: 'Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la paz'.
REFLEXIÓN/MORALEJA
-
¿Cómo definirías tú la paz?
-
¿Crees que vivimos en paz en todos los lugares del mundo?
-
¿Qué crees que podríamos mejorar en casa para vivir más la paz?
Miércoles 30 de Abril
LAS RANITAS EN LA NATA
Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de nata.
Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían: era imposible nadar o flotar demasiado tiempo en esa masa espesa como arenas movedizas. Al principio, las dos ranas patalearon en la nata para llegar al borde del recipiente. Pero era inútil, sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sentían que cada vez era más difícil salir a la superficie y respirar.
Una de ellas dijo en voz alta: “No puedo más. Es imposible salir de aquí. En esta materia no se puede nadar. Ya que voy a morir, no veo por qué prolongar este sufrimiento. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril”.
Dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez, siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco.
La otra rana más persistente o quizá más tozuda dijo: “¡No hay manera!. Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa.
Sin embargo, aunque se acerque la muerte, prefiero luchar hasta mi
último aliento. No quiero morir ni un segundo antes de que llegue mi hora!”.
Siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar ni un centímetro, durante horas y horas.
Y de pronto, de tanto patalear y batir las ancas, agitar y patalear, la nata se convirtió en mantequilla.
Sorprendida, la rana dio un salto y, patinando, llegó hasta el borde del recipiente. Desde allí, pudo regresar a su casa croando alegremente.
REFLEXIÓN/MORALEJA: ¿Qué os sugiere esta historia? ¿Con qué situaciones vividas podéis relacionarla? ¿Qué podemos aprender de ella a nivel personal?