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Lunes de buenas noticias  -  Evangelio del Domingo

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EVANGELIO LUNES 11 SEPTIEMBRE

Evangelio dialogado. Lectura del santo evangelio según san Mateo 18, 15-20

NARRADOR: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

JESÚS: Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano.

DISCÍPULO1: ¿Y si no te hace caso?

JESÚS: Llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos.

DISCÍPULO2: ¿Y si sigue sin hacer caso?

JESÚS: Si no les hace caso, díselo a la comunidad.

DISCÍPULO1: ¿Y si sigue pasando de todo?

JESÚS: Si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano.

DISCÍPULO2: Nos quieres decir, que si uno no quiere, por más que hagas, va a seguir igual, y él mismo se condena.

JESÚS: Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.

DISCÍPULO1: Señor, eso es mucha responsabilidad ¿no crees?

JESÚS: Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. PALABRA DE DIOS. 

Reflexión: Querido Jesús, hoy comenzamos juntos este curso lleno de cosas para aprender. Tenemos muchas ganas de estar junto a nuestros amigos, algunos nuevos, y sobre todo cada mañana tenemos ganas de saludarte a tí nuestro gran amigo. Queremos que nos enseñes a ser verdaderos amigos, para ello necesitamos escucharnos, comprendernos y saber perdonar. Ese el valor que hoy nos llega con tu Palabra, que tengamos ganas de hacer el bien y estar con todos en armonía con alegría. Comenzamos formando un gran grupo de amigos de Jesús, y en medio de nosotros estás TÚ. Así te lo pedimos hoy y rezamos juntos el PADRENUESTRO. 

EVANGELIO LUNES 18 SEPTIEMBRE

Perdón de las ofensas - Mateo 18, 21-35

En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús, le preguntó: - Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces? Jesús le contestó: - No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Y les propuso esta parábola: - Se parece el Reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al entrar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: - Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo. El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios, y agarrándolo lo estrangulaba diciendo: - Págame lo que me debes. El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: - Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré. Pero él se negó, y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: - ¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tu también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti? Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo si cada uno no perdona de corazón a su hermano. PALABRA DE DIOS.. 

 

Reflexión: Jesús nos dice que perdonemos siempre, siempre... ¿Por qué? Porque cuando se persona nace el amor en nuestro corazón. Cierra tus ojos y piensa qué bien te encuentras cuando en tu corazón sólo hay alegría y ganas de querer a todos, ganas incluso de perdonar. Cuando eso te ocurre, tu tarea diaria sale mejor y el encuentro con tus compañeros y amigos es más fácil, también los juegos son más divertidos. Pídele a Jesús que te dé un corazón cada día más bueno para perdonar. PADRENUESTRO. 

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EVANGELIO LUNES 25 SEPTIEMBRE

Lectura del santo evangelio según san Mateo 20, 1-16

Pues el reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: “Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido”. Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: “¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?”. Le respondieron: “Nadie nos ha contratado”. Él les dijo: “Id también vosotros a mi viña”. Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: “Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros”. Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. 1Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Al recibirlo se pusieron a protestar contra el amo: “Estos últimos han trabajado solo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno”. Él replicó a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario?. Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”. Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos». PALABRA DE DIOS.

Reflexión: 1. Expresar lo que sienten al escuchar la parábola. 2. Dar ejemplos de cómo pueden expresar a otros amor en vez de envidia. 3. Definir quién es el dueño y Señor soberano sobre sus vidas. La parábola trata de la generosidad de Dios. En el reino de Dios, los trabajadores desplazados y desempleados pueden encontrar un trabajo que cubra sus necesidades y las necesidades de los que dependen de ellos. La entrada al reino de Dios no se gana por nuestro trabajo o acción, sino por la generosidad de Dios. Cristo necesita tus manos, tu inteligencia, tu servicio, para hacer algo por los demás.

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