Oración de la
mañana
Lunes de buenas noticias - Evangelio del Domingo

Lunes 19 SETIEMBRE - EVANGELIO DE LA SEMANA
¿Cuáles son tus riquezas?
Lucas 16, 10-13
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
- El que es de fiar en lo menudo, también en
lo importante es de fiar; el que no es
honrado en lo menudo, tampoco en lo
importante es honrado. Si no fuisteis de fiar
en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que
vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo
ajeno, lo vuestro, ¿quién os lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos:
porque, o bien aborrecerá a uno y amará a otro, o bien se dedicará al primero y
no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Reflexión
Con esta historia, Jesús nos quiere enseñar a amar a Dios sobre todas las
cosas y seguir su ejemplo como camino a la felicidad. Por eso hoy Jesús nos
invita a escuchar a las personas que nos hacen bien y a dejarnos guiar por
ellos sin fijarnos en su dinero.
¿Eres capaz de escuchar a tus padres y profesores? ¿Confías en ellos?
Cierra los ojos y trae a tu pensamiento un amigo de la clase en el que tú
confías, con el que te gusta compartir lo que has hecho este verano, al
que elegirías para estar a su lado porque te entiende y te hace sentir
bien. Recuerda algún momento que hayas estado con él o ella y te
hayas sentido muy bien.
Ahora piensa si tú te has comportado igual con él y cómo te has sentido
viéndole feliz. …… Te quiero decir una cosa, ese amigo es como Jesús,
te ayuda y te corrige, te anima y te pide también que te esfuerces por ser
mejor, te hace sonreír y confía en que tú hagas lo mismo con él.
Nuestros padres, profesores y amigos son especiales, Dios los ha puesto cerca
para que confiemos en ellos y no nos dejemos llevar por caminos de mentiras
ni de vagancia ni de insultos. Son la mayor riqueza que podemos tener, más
que el dinero. Confiar en ellos es confiar en Dios.
Le pedimos a Jesús que nos ayude a confiar. Rezamos juntos el
PADRENUESTRO.
Lunes 26 de Septiembre – Evangelio de la semana
Evangelio según san Lucas (16,1-13)
dialogado
(Leemos el Evangelio o vemos el video)
Narrador: En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
Jesús: Había un hombre rico que se vestía de
púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente
cada día.
Niño 1: Y ¿qué pasó después?
Jesús: Un mendigo llamado Lázaro estaba echado en
su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse
de lo que tiraban de la mesa del rico.
Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas.
Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de
Abraham.
Niño 2: Sigue, maestro, que me tienes en ascuas.
Jesús: Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en
medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abraham, y a
Lázaro en su seno, y gritó:
Rico: Padre Abraham, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la
punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas.
Pero Abraham le contestó:
Niño 1: Mírale… Ahora se acuerda de Lázaro, cuando no le había dado ni una
migaja para comer.
Abraham: Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez,
males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces.
Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no
puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de
ahí hasta nosotros.
Rico: Padre Abraham, insisto. Te ruego, entonces, que mandes a Lázaro a
casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio,
evites que vengan también ellos a este lugar de tormento.
Abraham: Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen
Rico: No, padre Abraham. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán.
Abraham: Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque
resucite un muerto.
Palabra de Dios
Reflexión, escribe las respuestas en un papel.
¿Qué cosas crees que nos distraen de seguir el ejemplo de Jesús?
¿Con quién te identificas más de la historia, con el rico que a pesar de sus
riquezas está triste o con Lázaro que al sentirse pobre acude en ayuda de Dios
y éste le da todo lo que necesita?
¿Es posible tener una actitud que nos haga sentirnos mejor con nosotros mismos y con
los demás? ¿Te das cuenta si alguien sufre cerca de tí? ¿Qué puedes hacer?
Le pedimos a Jesús que a través de este mensaje nos haga tener cada día un
corazón generoso para compartir los tesoros, cualidades y premios de la vida
con los demás, un corazón abierto a todos, sin diferencias, cuidando nuestros
gestos y palabras para que todos nos sintamos cada vez más amigos y más
parecidos a Él.
Rezamos juntos. PADRENUESTRO